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CAPÍTULO XI
La sustancia, dice Aristóteles, no acepta el más ni el menos; y él mismo hablando de la cualidad, dice: "La cualidad sí acepta el más y el menos". De estas palabras se deduce que los sustantivos no aceptan la comparación; de ahí que se engañen quienes consideran sustantivos a senex, iuuenis, adolescens, infans, cuando son claramente adjetivos. Y no está en contra de ello el hecho de que Plauto derivara poenior de poenus, ya que con este comparativo no se quiso referir a la sustancia sino a la cualidad de la astucia (calliditas}; es como si hubiera dicho callidior; los cartagineses (poeni) son, en efecto, tenidos por muy astutos (callidissimi). Así, quien utilizó neronior a partir de Nero, se refirió a la crueldad. Tampoco de los verbos pueden crearse comparativos, ya que el verbo es algo así como la forma de la oración y no acepta la comparación, a no ser que se le ponga al lado un adverbio, como currit, magis currit. No sé, pues, qué les movió a algunos a decir que potior, potissimus y deterjor, deterrimus derivaban de los verbos potior y detero, cuando tenían a mano los nombres potis y deter. Ni tampoco se pueden crear comparativos a partir de partículas, como hacen quienes piensan que exterior viene de extra y ulterior de ultra; ¿tan escondidos están los nombres a partir de los cuales se forman en verdad estos comparativos? ¿tan escondidos están superus e inferus? ¿no aparecen en mare superum y mare inferum? Catón utiliza citer ager; Estacio, exter honos; Virgilio, extera regna; con frecuencia leemos exteras nationes; Catón, super inferque uicinus; saepus estuvo en otro tiempo en uso; de ahí dijo Catón, según el testimonio de Prisciano, saepissimam discordiam; propus es una palabra arcaica; de ahí propior; Varrón, en el libro 7 del de Lingua lat. dice: "Unas veces faltan los dos primeros como en *optum, *optius, optimum; otras veces, el primero y el tercero, como en melum, melius, melissimum. Y no es cierto lo que dicen de que no se pueden derivar comparativos de los adjetivos que tienen vocal ante -is o -us; efectivamente, de tenuis se forma tenuior y tenuissimus, muy frecuentes. Cicerón, en Brutus: "Dionisio estuvo commigo assiduissime"; Suetonio, en Galba: Assiduissimi usus; Varrón, en Agr. 2: "Son assiduiores"; y poco después: "Los haré assiduiores"; Plinio, en el libro 18: "Soldados strenuissimi salen de los agricultores"; Tácito, en el libro 20: "Llevar una guerra con peligro strenuissimi cuiusque"; Plinio, en el libro 7 de las Cartas: exiguissima legata; Lucrecio, en el libro 4: "Nada es egregius que ver las cosas claras"; Cicerón critica el superlativo piissimus en 13 de Filípicas, pero le basta que lo hubiera utilizado Antonio; lo utiliza también Curtio, en el libro 9; Prisciano además cita, de Catón arduius iter y arduissimo aditu; de Pacuvio, egregissima forma; de Juvenal, en 4, egregius coenat; de M. Catón, industriorem exercitum; del mismo Catón, uitam innoxiorem y perpetuius y perpetuissimo curriculo; de Lucilio, ujilicus paulo strenuior; hay que recordar también: maturrimus en Tácito, y maturissimus en Cicerón y Columela. Superlativos en -limus son aducidos muchos por otros autores; yo encuentro sólo tres: simillimus, facillimus, humillimus; Séneca utiliza imbecillimus e imbecillissimus en la carta 6; no apruebo ninguno de los dos. |
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