[XII]
|
|
CAPÍTULO XII
Sobre la preposición. La preposición es una forma que no tiene número, que precede a los casos y se encuentra en composición. Lo característico, pues, de la preposición es ir delante de los casos del nombre, ya que, aunque no vaya, se trata de una anástrofe, y no por ello pierde su condición de preposición. Lo contrario piensa Escalígero en el libro Sobre las causas, y aduce los conocidos ejemplos de mecum, tecum, secum, transtraper etc.; se equivoca; lo correcto era cum me, cum te etc. La preposición es la más importante de las partículas, ya que rige casos, cuando las demás no pueden regirlo, por mucho que así se empeñen muchos gramáticos. Por otro lado, es un feo comentario decir que un verbo rige un caso a través de una preposición; por ejemplo, en Abstineo me a pecuniis; y es que todo ablativo, como dijimos, es regido necesariamente por una preposición; así, en la oración Omnes ibi erant praeter Catonem, ¿no es una monstruosidad decir que Catonem es regido por el verbo erant? Del número de preposiciones que los gramáticos pertinazmente aducen, yo, en el libro 1, al hablar de la naturaleza de éstas, he suprimido algunas. En las formas quapropter y quamobrem estamos ante una anástrofe de la preposición; los gramáticos dicen que son conjunciones. Ahora bien, quapropter, es decir propter qua o propter quae, remonta a un acusativo antiguo, como ocurre con si qua y ne qua. En lo que se refiere a quamobrem, no veo claro por qué en singular es una conjunción y en plural, quas ob res, no. Quocirca, es decir, circa quod, es también una anástrofe, donde ha habido una supresión eufónica de la d. Así lo explica César Escalígero. A mí, sin embargo, me parece que quo es un acusativo del plural; se trataría de circa quae, como más adelante, al hablar de las conjunciones, se dirá. Am regía acusativo en otro tiempo, como en am terminum; de ahí ambire, ambarualia sacra; ahora ya sólo la encontramos en composición. Para mí, las preposiciones que no llevan caso no son adverbios; se trata más bien de una elipsis, ya que falta el caso regido; es lo que ocurre en el siguiente ejemplo de Virgilio: Longo post tempore uenit, es decir: Longo tempore post id tempus. |
Copyright(c) de la versión electrónica 2004 Carlos Cabanillas. Proyecto GRAMMATICVS. |