SOY BILINGÜE: TENGO MÓVIL
La sociedad nos
está transformando en individuos atextuales, la cultura de
la imagen ha invadido todos los ámbitos, las nuevas
tecnologías forman parte de nuestras vidas: televisión,
Internet, la telefonía móvil… Y es esta
última la que ha conseguido incluso modificar los modelos de
relación social haciendo que sea absolutamente necesario estar
abiertos y localizables en todo momento, exigiendo la comunicabilidad
total que contrasta con la necesidad de convertirnos en seres
individuales dentro de esta sociedad de locos.
Nuestro móvil se ha convertido en la prolongación de nuestra imagen social, disponemos de carcasas, melodías, fundas, iconos de pantalla que nos permiten personalizarlos para diferenciarnos del resto. Las innovaciones que se han ido produciendo también han afectado al dominio de la lengua; en concreto a la competencia comunicativa. La limitación de espacio y caracteres de los que disponemos en una pantalla hace que modifiquemos las marcas expresivas vocales y gestuales, propician la presencia de emoticones y deformaciones tipográficas.
Aparece en nuestras vidas un nuevo concepto de comunicación basado en la constante disponibilidad. La deformación del código lingüístico no solo responde a esta limitación espacial de caracteres, sino a un cambio de concepción de la comunicación que se ha transformado en un objeto de consumo más que en un intercambio de información. Concepción que ha sido apoyada por la aparición de una nueva escritura como una forma de abstracción que nos permite codificar con una rapidez mucho mayor, un lenguaje más accesible pero de limitada creatividad. Este nuevo código ha superado las barreras de lo anecdótico hasta el límite de sufrir una especie de proceso de normativización con la aparición de pseudo-academias de la lengua que velan por el nuevo idioma y la unificación de criterios con un fin claramente perlocutivo, es decir, aumentar sus beneficios. Fruto de estos vigilantes del nuevo código es la aparición de numerosos diccionarios de sms que han conseguido convertirse en verdaderos manuales de estilo con el peligro que supone la escritura en un registro coloquial, el uso indiscriminado de neologismos, la simplificación de la ortografía, la incoherencia y el juego continuo con la gramática y la sintaxis.
Si abrimos las primeras páginas del prólogo del Diccionario de mensajes y :-) para móviles1 nos encontraremos con estas palabras:
¿Estamos ante una nueva lengua? y en caso afirmativo, ¿de qué tipo de lengua estamos hablando? Las relaciones entre lengua y tecnología ponen de manifiesto la insuficiencia de la dicotomía: lengua oral y lengua escrita; surge la necesidad de buscar un sistema expresivo intermedio que tenga en cuenta tanto la naturaleza del sistema operativo como las variaciones situacionales que conlleven un cambio de registro, es decir, el medio de transmisión condiciona el mensaje. Los nuevos medios de comunicación, tanto en la red (Chat) como los sms, exigen la presencia de una oralidad escrita, elementos que pongan de manifiesto los rasgos del código oral (modalidad entonativa, gestual, la necesidad de una respuesta efímera en el tiempo, etc.) y rasgos del código escrito (nadie puede negar que se encuentra ante un texto cuando recibe un sms). Así nos encontramos con una serie de preceptos que todo buen autor de sms debe seguir2:
1-. La regla de oro de la redacción: desecha todo aquello que no sea estrictamente necesario para transmitir el mensaje. De este principio básico se derivará el resto de “normas ortográficas”.
2-. Las vocales desaparecen ya que se pueden deducir del contexto por el resto de palabras (kdms + trd?, “¿quedamos más tarde?”; sty stdian2, “estoy estudiando”).
3-. En cuanto a las consonantes, dentro de la línea de simplificación, las palatales ll y ch pasan a y y x respectivamente (xko-xka, “chico-chica”; ymm, “llámame”). Los grupos de /g/ más vocal palatal pasan a escribirse como w (wpa, “guapa”). La h desaparece. Las consonantes dobles (rr, cc) se reducen. Desaparecen las variantes gráficas de /k/, q y c.
4-. Los signos matemáticos y números valen lo que significa. (salu2, saludos; studian2, estudiando; xa, xo, x, “para”, “pero” y “por” respectivamente; +, “más”; -, “menos”).
5-. Los espacios entre palabras desaparecen para ganar caracteres y poder transmitir más información. (ktps?, “¿qué te pasa?”). En ocasiones se pueden utilizar mensajes predefinidos del tipo: feliz cumpleaños, llámame, llegaré más tarde y que aparecen como una opción disponible, a igual que el modo predictivo basado en la estadística de combinación fonéticas más frecuentes que permite simplificar la escritura del mensaje.
6-. La acentuación desaparece, aún cuando la mayoría de modelos poseen la opción de las vocales acentuadas. En este caso no es que el acento ocupe un carácter, sino que entra en juego la inmediatez que se exige a la este tipo de información, mientras que pata escribir una e necesitas dos pulsaciones, para una é necesitamos cinco.
7-. Del mismo modo no se respetan las normas de puntuación, a pesar de su valor que tienen para reflejar la prosodia, e paralenguaje y segmentar oraciones. Los signos de interrogación y exclamación aparecen solo al final de la secuencia respondiendo bien al influjo del inglés o bien al principio de economía. Sin embargo, si necesitamos marcar énfasis entonces se repiten (Y?????????, No!!!!!!!!!).
8-. Los mensajes se escriben todos en mayúsculas o todos en minúsculas siguiendo la opción predeterminada en el móvil, respondiendo a la necesidad de rapidez. En ocasiones dentro de un mensaje se puede utilizar las mayúsculas para expresar enfado, indignación o grito ( NO!!!!!!; bn YA!)
9-. Junto a esta escritura esquemática aparece una escritura icónica, los llamados emoticones: combinaciones gráficas que se usan principalmente para expresar estados de ánimos o la actitud del emisor del mensaje. Su lectura responde a un proceso de aglutinación y suma, es decir, mediante encadenamiento. Podemos encontrar variantes diatópicas que responden a la dirección de la lectura, horizontal en el ámbito asiático y vertical en el occidental. En ocasiones la ambigüedad que presentan hace que sea necesario acompañarlo con una explicación textual. Un rasgo característico de estos iconos es que siempre se refieren a la primera persona del presente. Algunos emoticonos son:
:-) Sonrisa.
;-) Guiñando un ojo.
XD Carcajada.
:-b Sacando la lengua.
:o Sorpresa.
:-( Triste.
%) Mareado.
:- X Labios sellados.
:- I Indiferencia.
:-9 Relamiéndose.
: * Besos
:o) Payaso
:-`( Llorando.
:- > Sarcástico.
:-II Enfadado.
(@.@) Alucino.
(*.*) Enamorado.
Un neolenguaje se está cimentado en nuestra sociedad, una nueva escritura que aboga por la sencillez y la esquematización conformándose como una particular vía comunicativa entre lo textual, lo oral y lo gestual. El problema surge cuando estos nuevos sistemas salen fuera del marco para los que se concibieron inicialmente e invaden otros dominios de uso exclusivo de la lengua: apuntes, exámenes e incluso la literatura. Las novelas ketai (móviles) son cibernovelas que cuentan con un gran éxito en Japón, con un lenguaje sencillo, directo y frases cortas adaptan los contenidos a las limitaciones de la pantalla del móvil.
La sociolingüística tiene en esta escritura disortográfica un gran campo de investigación. ¿Deberemos aceptar este nuevo código un elemento más que contribuye a la riqueza lingüística? o como apuntan Cotton y Garret “lo mejor está por venir, todavía no hemos visto nada”. Ante estas expectativas solo nos queda la espera ante la aterrorizada mirada de los profesores de Lengua.
Nuestro móvil se ha convertido en la prolongación de nuestra imagen social, disponemos de carcasas, melodías, fundas, iconos de pantalla que nos permiten personalizarlos para diferenciarnos del resto. Las innovaciones que se han ido produciendo también han afectado al dominio de la lengua; en concreto a la competencia comunicativa. La limitación de espacio y caracteres de los que disponemos en una pantalla hace que modifiquemos las marcas expresivas vocales y gestuales, propician la presencia de emoticones y deformaciones tipográficas.
Aparece en nuestras vidas un nuevo concepto de comunicación basado en la constante disponibilidad. La deformación del código lingüístico no solo responde a esta limitación espacial de caracteres, sino a un cambio de concepción de la comunicación que se ha transformado en un objeto de consumo más que en un intercambio de información. Concepción que ha sido apoyada por la aparición de una nueva escritura como una forma de abstracción que nos permite codificar con una rapidez mucho mayor, un lenguaje más accesible pero de limitada creatividad. Este nuevo código ha superado las barreras de lo anecdótico hasta el límite de sufrir una especie de proceso de normativización con la aparición de pseudo-academias de la lengua que velan por el nuevo idioma y la unificación de criterios con un fin claramente perlocutivo, es decir, aumentar sus beneficios. Fruto de estos vigilantes del nuevo código es la aparición de numerosos diccionarios de sms que han conseguido convertirse en verdaderos manuales de estilo con el peligro que supone la escritura en un registro coloquial, el uso indiscriminado de neologismos, la simplificación de la ortografía, la incoherencia y el juego continuo con la gramática y la sintaxis.
Si abrimos las primeras páginas del prólogo del Diccionario de mensajes y :-) para móviles1 nos encontraremos con estas palabras:
Este librito
tiene toda la información necesaria tanto para principiantes
como para veteranos. Te ayudará a fastidiar al de Lengua, que
tendrá que aprobarte por narices, a no quedar mal por llegar
tarde, y a poder salir de casa y concertar una cita sin hablar con
nadie que no quieras, como los papis de la novia.
¿Estamos ante una nueva lengua? y en caso afirmativo, ¿de qué tipo de lengua estamos hablando? Las relaciones entre lengua y tecnología ponen de manifiesto la insuficiencia de la dicotomía: lengua oral y lengua escrita; surge la necesidad de buscar un sistema expresivo intermedio que tenga en cuenta tanto la naturaleza del sistema operativo como las variaciones situacionales que conlleven un cambio de registro, es decir, el medio de transmisión condiciona el mensaje. Los nuevos medios de comunicación, tanto en la red (Chat) como los sms, exigen la presencia de una oralidad escrita, elementos que pongan de manifiesto los rasgos del código oral (modalidad entonativa, gestual, la necesidad de una respuesta efímera en el tiempo, etc.) y rasgos del código escrito (nadie puede negar que se encuentra ante un texto cuando recibe un sms). Así nos encontramos con una serie de preceptos que todo buen autor de sms debe seguir2:
1-. La regla de oro de la redacción: desecha todo aquello que no sea estrictamente necesario para transmitir el mensaje. De este principio básico se derivará el resto de “normas ortográficas”.
2-. Las vocales desaparecen ya que se pueden deducir del contexto por el resto de palabras (kdms + trd?, “¿quedamos más tarde?”; sty stdian2, “estoy estudiando”).
3-. En cuanto a las consonantes, dentro de la línea de simplificación, las palatales ll y ch pasan a y y x respectivamente (xko-xka, “chico-chica”; ymm, “llámame”). Los grupos de /g/ más vocal palatal pasan a escribirse como w (wpa, “guapa”). La h desaparece. Las consonantes dobles (rr, cc) se reducen. Desaparecen las variantes gráficas de /k/, q y c.
4-. Los signos matemáticos y números valen lo que significa. (salu2, saludos; studian2, estudiando; xa, xo, x, “para”, “pero” y “por” respectivamente; +, “más”; -, “menos”).
5-. Los espacios entre palabras desaparecen para ganar caracteres y poder transmitir más información. (ktps?, “¿qué te pasa?”). En ocasiones se pueden utilizar mensajes predefinidos del tipo: feliz cumpleaños, llámame, llegaré más tarde y que aparecen como una opción disponible, a igual que el modo predictivo basado en la estadística de combinación fonéticas más frecuentes que permite simplificar la escritura del mensaje.
6-. La acentuación desaparece, aún cuando la mayoría de modelos poseen la opción de las vocales acentuadas. En este caso no es que el acento ocupe un carácter, sino que entra en juego la inmediatez que se exige a la este tipo de información, mientras que pata escribir una e necesitas dos pulsaciones, para una é necesitamos cinco.
7-. Del mismo modo no se respetan las normas de puntuación, a pesar de su valor que tienen para reflejar la prosodia, e paralenguaje y segmentar oraciones. Los signos de interrogación y exclamación aparecen solo al final de la secuencia respondiendo bien al influjo del inglés o bien al principio de economía. Sin embargo, si necesitamos marcar énfasis entonces se repiten (Y?????????, No!!!!!!!!!).
8-. Los mensajes se escriben todos en mayúsculas o todos en minúsculas siguiendo la opción predeterminada en el móvil, respondiendo a la necesidad de rapidez. En ocasiones dentro de un mensaje se puede utilizar las mayúsculas para expresar enfado, indignación o grito ( NO!!!!!!; bn YA!)
9-. Junto a esta escritura esquemática aparece una escritura icónica, los llamados emoticones: combinaciones gráficas que se usan principalmente para expresar estados de ánimos o la actitud del emisor del mensaje. Su lectura responde a un proceso de aglutinación y suma, es decir, mediante encadenamiento. Podemos encontrar variantes diatópicas que responden a la dirección de la lectura, horizontal en el ámbito asiático y vertical en el occidental. En ocasiones la ambigüedad que presentan hace que sea necesario acompañarlo con una explicación textual. Un rasgo característico de estos iconos es que siempre se refieren a la primera persona del presente. Algunos emoticonos son:
:-) Sonrisa.
;-) Guiñando un ojo.
XD Carcajada.
:-b Sacando la lengua.
:o Sorpresa.
:-( Triste.
%) Mareado.
:- X Labios sellados.
:- I Indiferencia.
:-9 Relamiéndose.
: * Besos
:o) Payaso
:-`( Llorando.
:- > Sarcástico.
:-II Enfadado.
(@.@) Alucino.
(*.*) Enamorado.
Un neolenguaje se está cimentado en nuestra sociedad, una nueva escritura que aboga por la sencillez y la esquematización conformándose como una particular vía comunicativa entre lo textual, lo oral y lo gestual. El problema surge cuando estos nuevos sistemas salen fuera del marco para los que se concibieron inicialmente e invaden otros dominios de uso exclusivo de la lengua: apuntes, exámenes e incluso la literatura. Las novelas ketai (móviles) son cibernovelas que cuentan con un gran éxito en Japón, con un lenguaje sencillo, directo y frases cortas adaptan los contenidos a las limitaciones de la pantalla del móvil.
La sociolingüística tiene en esta escritura disortográfica un gran campo de investigación. ¿Deberemos aceptar este nuevo código un elemento más que contribuye a la riqueza lingüística? o como apuntan Cotton y Garret “lo mejor está por venir, todavía no hemos visto nada”. Ante estas expectativas solo nos queda la espera ante la aterrorizada mirada de los profesores de Lengua.
Mª Piedad Rodríguez López
Licenciada en Filología Hispánica
Almendralejo