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CAPÍTULO VI
El vocativo nunca va regido. Defensa de Plinio contra las calumnias de Valla. El vocativo no es un nombre de segunda persona, como dicen los gramáticos, sino algo con lo que entablamos conversación. Efectivamente, de la misma forma que un artista, una vez que ha concluido su obra, llama a las gentes para que la contemplen, así también quien compone una oración, llama a oyentes para que la escuchen. Por ello este caso no puede ir regido, ya que toda la oración, una vez compuesta, se dirige al nombre que va en vocativo. Si se dice que el vocativo va regido por el adverbio O, por el hecho de que esta partícula se una con frecuencia al vocativo, concederé que muchas veces va unida, pero no siempre. Es más, algunas veces ni se pone, ni se puede poner, como es abiertamente evidente en el idioma español; efectivamente, cuando alguien al llamar a sus criados dice "moços","pajes", "criados", y estos responden "Señor", ahí no se puede suplir "O". Y ¿qué decir del hecho de que muchas veces nos encontramos con O sin vocativo?; Virgilio: O ubi campi Sperchiusque, o qui me gelidis in montibus Aemi sistat. Y es que la partícula O no es otra cosa que señal de alegría, o de dolor, o de exclamación. Y que el vocativo no va regido por el verbo, lo indica claramente la voz pasiva, cuando a una oración como Petre, doce illum, la convertimos en pasiva: Ille, Petre, doceatur a te; y lo indica también un adjetivo, cuando éste se pone tras un verbo de mandato, como en discipule, esto bonus; Marcial: Esto, Naeuole, solicitus; el mismo, más claramente: Esto tu, Caesar, amicus; Ovidio, en 1 de Tristes: Vade, sed incultus. Por último, otro argumento es que los adverbios, si no son tomados como nombres, no pueden regir un caso como enseña César Escalígero. Ahora surge esta cuestión: si hay que decir Veni, puer, dicende doctus o dicende docte. He aquí testimonios de ambas construcciones; con vocativo escribió Horacio: Age, dic latinum, Barbite, carmen, Laesbio primum modulate ciui; el mismo: Inuicte mortalis dea nate puer Thetyde; Ovidio, en 2 de Tristes: O princeps, parce uiribus use tuis; Propercio: Lectule, delicusfacte beate meis; Marcial, libro 4: Libelle, inuersa pueris arande charta; Ovidio, en 3 de Amores: Amnis arundinibus limosas obsite ripas siste parumper aquas; Tibulo, libro 4: 1am nimium, Messala, mei studiose, quiescas, non tempestiuae saepe propinque uiae; Virgilio, en 10 de Eneida: O dolor atque decus magnum rediture parenti; Persio: Stemmate quod Tusco ramum millesime ducis, censoremque tuum uel quod trabeate salutas, texto en relación con el cual los intérpretes, con su antiptosis, no dicen nada más que tonterías; el mismo: Audaci quicumque es, afflate, Cratino; Tibulo, a Baco: Huc uenias hodierne, tibi dem thuris honorem; Albinovano, a la muerte de Mecenas: Impiger Alcide, multo defuncte labore, te memorant curas sic posuisse tuas; Plauto, en Gorgojo: Haud male meditate male loquutus es; Ausonio: Distentas interne uias mirere domorum. Ejemplos de vocativo y nominativo. Estacio, en 7 de Tebaida: Haud uetito nudus iaciture sepulchro; Propercio, en el libro 2: Tu criminis auto?; nutritus duro, Romule, lacte lupae; el mismo, en el libro 3, elegía 5: Nudus ab inferna stulte uehere rate; Ovidio, en Epístolas: Surge, age, Belide de tot modo fratribus unus; Virgilio: Nate, meae uires, mea magna potentia solus; Marcial, en libro 6: Nile, iussus cedere brumae, mitte tuas messes; el mismo, en el libro 7: Secretusque tua, mule, lauaris aqua; Virgilio, en 10 de Eneida: Dardania stratus dextra miserande iaceres; Plinio, sin embargo, en el capítulo 30 del libro 7, al saludar a Cicerón, mezcla ambos casos de esta forma: Salue, primus omnium parens patriae appellate; primus in toga triumphum, linguaeque lauream merite, texto que en su ineptitud corrige Lorenzo Valla; y es que, aunque diera la apariencia de está construido contra las leyes gramaticales, sin embargo, podría defenderse desde el punto de vista griego; así, en efecto, hablan los griegos, según el testimonio de Budeo en sus comentarios; Sinesio, a Aureliano: ῶ μεγαλοπρεπέστατε μόνος ἤ μετὰ ὀλίγων σὺ μόνος δίκαιος καλούμενε, es decir, O eximie solus, uel inter paucos tu solus iustus uocande; pero Valla, en el caso de la frase Tace tu, imperitus homo, piensa que no es latina, y que en latín hay que decir imperite; no diría esto, si hubiera topado con los ejemplos que he aducido. Es, en efecto, correcto decir Defende me, amice mi, y Defende me, amicus meus, aunque tienen distinto significado y se trata de diferente construcción; en el segundo caso hay, por así decir, como dos oraciones, y se suple ens o qui es; consulta, en el capítulo de la elipsis, la elipsis de ens. Por ello se engañan quienes piensan que en las Sagradas Escrituras el vocativo de Deus es Deus, al leer Deus, Deus meus, respice in me, cuando en realidad se trata de un nominativo; en Prudencio leemos Dee, en vocativo. |
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