LA SUBORDINACIÓN SUSTANTIVA

   Una oración subordinada sustantiva es la trasposición sintáctica de un sustantivo, y desempeña las funciones de sujeto o complemento directo del verbo del que depende:

Es cierto que he asistido a la reunión.

Me pidió que le enseñara los documentos.

   De la misma manera que un sustantivo puede ser complemento de otro sustantivo (aposición), una oración sustantiva puede ejercer esta misma función:

 Me da la impresión de que tiene mucha fuerza.

No cabe duda que el escritor de hechos trágicos tiene que barajar asesinatos y crímenes.

    En latín, vamos a dividirlas para su estudio en tres tipos:

           1.      Oraciones de infinitivo.

2.      Oraciones introducidas por subjunción (ut/ne, quod, quin, quominus).

3.      Interrogativas indirectas.

   

        1. Oraciones de infinitivo.

Definición: el infinitivo se define como sustantivo verbal neutro. Como sustantivo desempeña las funciones de sujeto o complemento directo; como verbo expresa tiempo y voz, tendrá sujeto y podrá (o deberá) llevar sus complementos.

  Sintaxis: el infinitivo, como forma verbal subordinada, representa una oración completiva. Las construcciones que el infinitivo presenta en latín son: infinitivo sin sujeto propio, infinitivo con sujeto propio y la construcción personal.

              a) Infinitivo sin sujeto propio.

  El infinitivo no cuenta con un sujeto propio, bien porque su sujeto sea el mismo que el de su verbo principal, bien porque se trate de un sujeto indeterminado. En este caso, el infinitivo se traduce por el infinitivo español.

              Docto homini vivere est cogitare.

          Beneficium accipere libertatem est vendere.

          Multis displicet philosophari  

          Necesse est hinc exire

        Praeterita mutare non possumus, sed futura providere debemus

          Potestas maxima permittitur, exercitum parare, bellum gerere.

   

            b) Infinitivo con sujeto propio.

  El infinitivo lleva un sujeto propio, expresado en caso acusativo. En la traducción, la oración completiva de infinitivo debe ir introducida por la subjunción ‘que’.

            Credo discipulos laborare

          Dixit hostes procedere

          Audivit bellum incepisse

                     Constat ad salutem civium inventas esse leges

          Necesse est hinc me abire

       Para la traducción del infinitivo, teniendo en cuenta que el infinitivo de presente indica simultaneidad con respecto a la acción del verbo principal, el infinitivo de pasado anterioridad y el de futuro posterioridad, podemos seguir el siguiente cuadro:

 

 

Infinitivo presente

Infinitivo pasado

Infinitivo futuro

Verbo principal presente

Presente

Perfecto

Futuro

Verbo principal pasado

Imperfecto

Pluscuamperfecto

Potencial

 

            c) La construcción personal de infinitivo.

  Son construcciones en las que el infinitivo depende siempre de verbos en voz pasiva, y en las que el sujeto del verbo principal (por supuesto en nominativo) es también el sujeto del infinitivo. Para su traducción, verteremos el verbo principal pasivo a pasiva impersonal, y de él haremos depender la oración de infinitivo, introducida por ‘que’, con el nominativo como sujeto.

            Galli dicuntur strenue pugnare.

  Esta construcción es frecuente con verbos como dico, iubeo, existimo, iudico, videor:  

          Videor mihi sero adventurus esse.

 Milites tradere arma iussi sunt.

 

        2. Sustantivas introducidas por subjunción.      

                 2.1. Oraciones con ut/ne.

Las oraciones subordinadas sustantivas introducidas por ut (‘que’)/ne (‘que no’) utilizan siempre el modo subjuntivo.

  Sol efficit ut omnia floreant.

Caveant consules ne quid res publica detrimenti capiat.

Scilicet hoc restabat, ut fecunda fores.               

   Con los verbos de temor ut y ne intercambian sus significados: ut se traduce por "que no" y ne por "que". Este cambio de significado tiene una explicación histórica: en un principio estas oraciones de ut y ne no eran subordinadas sino yuxtapuestas:

          Timeo. Ne venias  -  Tengo miedo. No vengas.

          Timeo. Ut venias  -  Tengo miedo. Ven.

  Al pasar de yuxtaposición a subordinación el cambio de significado se hace necesario:

          Timeo ne venias   -  Tengo miedo de que vengas.

          Timeo ut venias   -  Tengo miedo de que no vengas.

  En lugar de ut puede aparecer también ne non.

              En ocasiones se produce la supresión de ut como subjunción sustantiva, por lo que la oración principal y la subordinada aparecen como yuxtapuestas; esto se da sobre todo con verbos de voluntad, con los imperativos cave y fac y con expresiones impersonales:

  Volo ad me scribas quam diligentissime.

Necesse est multos timeat quem multi timent.

Quid agatis fac sciam.  

2.2. Oraciones introducidas por quod.

Su significado es "el que", "el hecho de que", introduciendo una proposición sustantiva que expresa un hecho real y objetivo. Por tanto, su modo normal de construcción será el indicativo, modo de la realidad.

  Adde huc quod e carcere effugit.

Sane gaudeo quod te interpellavi.

  La aparición del subjuntivo habrá que explicarla por razones contextuales que lleven el texto al campo de la no realidad (hecho posible o hecho irreal).

2.3. Oraciones introducidas por quin y quominus.

            Su modo normal de construcción es el subjuntivo. Las dos introducen subordinadas sustantivas dependiendo de verbos de impedimento.

  Quin suele utilizarse cuando la oración principal es negativa, por la forma o por el sentido:

  Nihil obstat quin beatus sis.

Non recusare possumus quin alii a nobis dissentiant.

  Quominus se utiliza indistintamente con principal afirmativa o negativa:

  Neque repugnabo quominus omnia legant.

Impedit formido quominus causam dicant.

  Se usa siempre quin con los verbos de duda precedidos de negación:

  Non dubitabat quin ei crederemus.

  También se usa quin con ciertas locuciones negativas de forma o de sentido: non multum abest quin..., nihil abest quin..., nulla causa est quin...:

  Non multum afuit quin castris expellerentur.  

 

        3. La interrogativa indirecta.

   La oración interrogativa indirecta, o mejor interrogativa subordinada, va en latín siempre en subjuntivo, debiéndose traducir al castellano por indicativo en la mayoría de los casos.

   Las oraciones interrogativas pueden ser simples y dobles, según presenten un solo miembro o haya alternancia de dos o más miembros. Las interrogativas se dividen en:

       a) Parciales, cuando la interrogación afecta a un solo elemento de la frase, elemento que la respuesta debe concretar. Estas oraciones van introducidas por pronombres o adverbios interrogativos: quis, qualis, uter, ubi, unde, quo, cur...:

  Nescio quid egerit nec unde venerit.

       b) Totales, cuando la interrogación afecta a la oración entera, habiendo de ser la respuesta "sí" o "no". Van introducidas sobre todo por las partículas num y -ne:

  Quaerebas num Romae fuisset Laelius noster.

Videamus deorumne prudentia mundus regatur.

Con menos frecuencia se encuentran las partículas nonne y an, ésta última sólo con las expresiones dubito an, nescio an, incertum est an.

   Las oraciones interrogativas indirectas dobles se construyen igual que las directas, es decir, con utrum, -ne o Ø en el primer miembro, y an en el segundo:

                                utrum valeas an aeger sis

          Nescio           valeasne an aeger sis     

                                valeas an aeger sis

  Cuando el segundo miembro es negativo se emplea generalmente necne:

  Nescio utrum valeas necne.  

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