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LOS GRANDES MITOS. LOS
ORÍGENES DEL HOMBRE. 1.
Diversos mitos acerca de los
orígenes del hombre. Se mencionan en la mitología clásica hasta siete tipos distintos de orígenes del hombre: - por metamorfosis de
hormigas; - nacidos de árboles, rocas o
piedras; - autóctonos o brotados de la
tierra; - procreados por los dioses en
unión sexual con una hembra comúnmente humana; - creados o fabricados por los
dioses en general; - Pandora fabricada con barro
por Hefesto; - hombres fabricados con barro
por Prometeo. Los cuatro primeros tipos son de
escasa importancia en la mitología. La procreación por los dioses en unión
sexual con una hembra es capital para las leyendas heroicas, pero de muy poca
importancia como origen de la humanidad en general. 2. Las
edades del hombre. La creación de sucesivas razas humanas
por los dioses nos la cuenta en
primer lugar Hesíodo, y después reaparece en otros autores griegos y latinos.
Veamos qué dice en resumen este mito de las edades del hombre. Al principio, durante el reinado
de Crono, los dioses crearon una raza de hombres de oro (Edad de Oro), y dioses y hombres
convivían felices en la Tierra, que producía espontáneamente el alimento para
los humanos. Al desaparecer la raza de oro, sus componentes se convirtieron en
espíritus benévolos y protectores de la Humanidad superviviente. Una vez establecido Zeus en su eterno trono, los dioses
instauraron una raza de hombres de
plata (Edad de Plata), compuesta
por seres de espíritu infantil que peleaban continuamente, por lo que los dioses
los abandonaron y marcharon al cielo, aunque la Justicia tan sólo se alejó y se
ocultó en los montes. Los hombres de plata, ignorantes, no querían dar culto a
los Zeus formó después a los hombres de bronce (Edad de Bronce), frenéticos y salvajes
guerreros que se extinguieron, víctimas de sus enfrentamientos, y sus almas
fueron a poblar en el anonimato el reino de Hades. Desaparecida la raza de bronce, creó
Zeus una generación de semidioses
justos y valientes (Edad de los
Héroes), que, tras morir en grandes empresas, pasaron a las Islas de los
Afortunados, donde habitan, felices, en fértiles campos que producen tres
cosechas anuales de dulces frutos. Finalmente, Zeus estableció una raza de hierro (Edad de Hierro), que es la actual,
condenada al trabajo para conseguir el sustento y sometida a luchas fratricidas:
una vez aparecidos, la Justicia emigró de la Tierra. También esta raza está
condenada a extinguirse por su propia injusticia, no sin antes vivir entre
penalidades y efímeros gozos. 3.
Pandora, la primera
mujer.
Tras la marcha de los dioses al cielo, Prometeo convence a los hombres
para que repartan los restos del buey que van a inmolar a Zeus en dos porciones,
poniendo en una los huesos rodeados de la mejor grasa y en otra la carne
cubierta con las tripas del buey; hecho esto, se lo ofreció a Zeus, que
engañado, eligió al porción de los huesos. Irritado, el dios de dioses les privó
del fuego, pero Prometeo lo recuperó para los hombres robándoselo a Zeus. Éste,
entonces, lo condenó encadenándolo en el Cáucaso, donde cada día durante
cuatrocientos años un águila le devoraba el hígado, que renacía constantemente
para que no cesase el suplicio; y castigó a los hombres con la creación de
Pandora, que, fabricada por Hefesto con barro y equipada con todos los dones por
los dioses, fue entregada a Epimeteo.
Y lleno de cólera díjole Zeus amontonador de nubes: « ¡Japetónida conocedor de los designios
sobre todas las cosas! Te alegras de que me has robado el fuego y has conseguido
engañar mi inteligencia, enorme desgracia para ti en particular y para los
hombres futuros. Yo a cambio del fuego les daré un mal con el que
todos se alegren de corazón acariciando con cariño su propia desgracia.» Así dijo y rompió en carcajadas el
padre de hombres y dioses; ordenó al muy ilustre Hefesto mezclar cuanto antes
tierra con agua, infundirle voz y vida humana y hacer una linda y encantadora
figura de doncella semejante en rostro a las diosas inmortales. Luego encargó
a Atenea que le enseñara sus labores, a tejer la tela de finos encajes. A la
dorada Afrodita le mandó rodear su cabeza de gracia, irresistible sensualidad y
halagos cautivadores; y a Hermes, el mensajero Argifonte, le encargó dotarle de
una mente cínica y un carácter voluble. Hesíodo, Trabajos y días. Epimeteo la acepta por esposa y de
esa unión nace Pirra, la primera nacida mortal. Pandora, en casa de Epimeteo,
destapa la tinaja de los males y da así lugar a que éstos se esparzan entre los
hombres. Copyright(c) 2003. Carlos Cabanillas. I.E.S. Santiago Apóstol |