Épica
HomeMateriasRecursosActividadesDescargasEnlaces

Sintaxis latina 
Textos latinos 
P.A.U. 

 

Departamento de Latín>Materias>Latín II>P.A.U.>Literatura latina>Épica

 

[Historia][Oratoria][Épica][Fábula]

ÉPICA LATINA: VIRGILIO Y LUCANO.

 VIRGILIO (70-21 a.de C.)

             Virgilio nace en Mantua, en una acomodada familia de campesinos. Tras recibir su primera educación en Cremona y Milán, marcha a estudiar a Roma, y logra entrar en el círculo literario de Mecenas y de Augusto.

             Entre las obras transmitidas bajo su nombre, las únicas indiscutiblemente auténticas son las Bucólicas, las Geórgicas y la Eneida.

             Las Bucólicas comprenden diez poesías de tema pastoril de escasa extensión. Virgilio, para la composición de esta obra, tomó de Teócrito, poeta siracusano creador del género bucólico, no sólo asunto, motivos y procedimientos de composición, sino también versos enteros o partes de verso; pero todo está trasplantado a escenario italiano. 

            Las Geórgicas, como su nombre indica, es un poema dedicado al trabajo de la tierra, inspirado en Los Trabajos y los días, del poeta griego Hesíodo. Como hijo de campesinos estaba íntimamente familiarizado con la materia, poseía la experiencia práctica de la misma, conocimiento que completó con la utilización de fuentes literarias y libros técnicos sobre agricultura. El poema consta de cuatro libros:

                         Ø Libro I: Sobre el cultivo de la tierra.

                        Ø Libro II: Cultivo de los árboles y de la viña.

                        Ø Libro III: Los rebaños.

                        Ø Libro IV: La apicultura.

             Para muchos autores, las Geórgicas constituyen la obra cumbre de la poesía virgiliana. Virgilio no sólo trata el tema con la profundidad de un técnico, sino que lo estilizó con arte asombrosa, y, para prevenir el aburrimiento en el lector, trazó graciosos cuadros, llenos de vida y fantasía, al principio y al final de cada libro, así como en numerosas digresiones.

             Virgilio debe su inmortal fama a su última obra, la Eneida, obra épica que le ocupó hasta el fin de sus días, y que hubo de dejar inconclusa. La Eneida es el relato de la leyenda de Eneas, desde su huida tras la destrucción de Troya hasta su llegada a Italia, que significa el nacimiento del pueblo romano. Virgilio quiso con esta obra elevar la épica romana a la altura de la épica griega, de la épica homérica; Virgilio pretende convertirse en el Homero romano. Con ella pretende además la alabanza de la política y de la persona de Augusto, cuya familia se consideraba descendiente directa de Eneas.

    Desde su nacimiento, la Eneida, escrita en hexámetros -metro de la épica desde que Ennio lo introdujo en la poesía romana-, se convirtió en la epopeya romana por excelencia.

    La Eneida presenta en principio un doble reto para Virgilio: reto artístico y reto moral. El reto artístico consistía en conseguir colocar la épica latina a la altura de la homérica; el problema moral era la obligación de glorificar a Augusto y presentar, ante un pueblo donde los partidarios del bando derrotado en la guerra civil eran muy numerosos, su causa como verdadera. Virgilio resolvió ambos problemas con una única solución: eligió una leyenda épica -con lo que entroncaba con la épica legendaria de Homero y hacía frente al reto artístico-, que le permitía a la vez alabar a Augusto, ya que la leyenda elegida fue la de Eneas, de quien se consideraba descendiente la familia de Augusto.

             Una vez elegido el tema, Virgilio quiere mostrar de forma evidente su rivalidad con Homero, quiere hacer ver al lector que él es el Homero romano. Los siete primeros versos de la Eneida así lo denuncian, informando de que Eneida es Ilíada y Odisea juntas; incluso ya en el primer verso arma virumque hacen referencia a los dos poemas homéricos: arma hace referencia al contenido esencialmente bélico de la Ilíada, en tanto que virum alude a las peripecias de un héroe personal, como es la Odisea, cuya primera palabra es ('hombre').

             Una  vez  definidos  los objetivos  primordiales de la obra -elevar la épica romana a la altura de la homérica y alabar a Augusto evitando el prosaísmo del historicismo-, Virgilio se dedicó a la composición de la Eneida. En cuanto a la forma de composición, los antiguos nos cuentan que Virgilio esbozó en primer lugar el poema en prosa y lo dividió en doce libros, y luego se dedicó a componer las diferentes secciones. Las líneas incompletas dan cuenta de la falta de revisión del poema, y algunas inconsistencias dentro del argumento testimonian su carácter inacabado.

             Mas la estructura del poema está cuidadosamente elaborada. La  división  más  obvia  del poema es en dos mitades, I-VI y VII-XII, que corresponden a los dos poemas homéricos:

             Ø I-VI: viajes de Eneas, que se corresponden con la Odisea (viajes de Ulises).

          Ø VII-XII: guerras en el Lacio, que se relaciona con la guerra de Troya (Ilíada).

  Otra división igualmente válida es la que se puede establecer en tres partes:

             Ø I-IV: tragedia de Dido.

                Ø V-VIII: material relacionado con los orígenes y la historia de Roma.     

             Ø IX-XII: tragedia de Turno.

     Se han propuesto divisiones en que las partes no están integradas por el mismo número de libros. Así por ejemplo se podría estructurar el poema en dos grupos, I-IV y VII-XII, en los que cada uno tiene su propio locus (Cartago e Italia respectivamente) y subhéroe (Dido y Turno), remarcados además por la intervención de Juno en el comienzo de cada uno de ellos y por la muerte de los subhéroes al final; los libros V y VI constituirían la transición de los viajes a la guerra.

     Otro principio de estructuración que se puede rastrear en la Eneida es la búsqueda de paralelismos entre libros. Esquemáticamente sería:

 
 

         Esto deja en el centro al libro VII, que, con la llegada de los troyanos al Lacio, sería el centro argumental del poema.

  

LUCANO (39-65)

            Nacido en Córdoba y sobrino del filósofo Séneca, formó su cultura retórica y filosófica en Roma y Atenas, de donde Nerón lo hizo venir para ocupar el cargo de pretor. Brillante declamador en lengua latina y griega, su éxito como poeta suscitó la envidia del emperador, que le prohibió declamar en público. Acusado de formar parte de la conjura de Pisón, fue condenado a muerte.

             De toda la producción poética de Lucano sólo se nos ha conservado su epopeya histórica De bello civili, conocida también con el nombre de Pharsalia, compuesta por diez libros. La obra está sin terminar, tal vez por la condena a muerte del autor.

             Lucano narra cronológicamente los sucesos de la guerra civil entre César y Pompeyo, desde el paso del Rubicón por el primero. Pompeyo representa para Lucano la encarnación del ideal republicano, en tanto que César es un criminal sin escrúpulos, causante de la guerra civil.

             Lucano se aparta con su obra de la tradición épica homérico-virgiliana y entronca en cierta manera con Nevio y Ennio al elegir para su obra no un tema mitológico, sino histórico. Pero una peculiaridad distingue este poema de todas las epopeyas heroicas de la Antigüedad: Lucano dejó absolutamente de lado todo el aparato divino tradicional, apreciando que en el relato de sucesos de un pasado próximo la intervención personal de poderes sobrehumanos no tendría justificación poética. Lucano convierte así al hombre en responsable de sus propios actos, dejando de ser meros títeres en manos de los dioses.

             Dos rasgos más distinguen esta obra de otros poemas épicos:

             Ø Racionalismo: habiendo eliminado a los dioses, Lucano explica de modo racional y científico algunos hechos que en la epopeya se explicaban por intervención divina.

             Ø Ausencia de héroe: ni Pompeyo, ni César, ni Catón es el héroe por excelencia del poema; cada uno destaca en un aspecto. Incluso se han propuesto como héroe de esta obra nociones abstractas como la «libertad».

             La Farsalia contiene en su estilo una fuerte impregnación retórica, derivada de la formación del poeta y de su talante personal. Mas su retoricismo no es algo vacío y externo, sino que nace de motivaciones internas: pretende presentar la guerra civil como un cataclismo que conlleva la destrucción de Roma y de la humanidad, y es lógico que lo intente representar con tonos y colores adecuados.

[Home][Materias][Recursos][Actividades][Descargas][Enlaces]

Copyright(c) 2003. Carlos Cabanillas. I.E.S. Santiago Apóstol
carlos.cabanillas@edu.juntaextremadura.net