TEXTOS
DE ANACREONTE:
1.
Ea,
muchacho, tráenos una jarra para bebérnosla de un trago sirviéndonos diez
medidas de agua y de vino cinco cazos para que yo pueda otra vez divertirme sin
barbarie.
2.
Ea
otra vez, no sigamos de este modo, entre estrépito y gritos bebiendo como los
escitas, sino entre bellos cantos bebiendo con moderación.
3.
Otra
vez Eros de cabellos de oro me alcanza con su pelota purpúrea y me invita a
jugar con una muchacha de sandalias multicolores. Pero ella, como es de la bella
isla de Lesbos, desprecia mis cabellos porque son blancos y abre su boca en
busca de otros.
4.
Oh
muchacho que miras igual que una doncella, te estoy buscando y tú no me haces
caso porque no sabes que eres el auriga de mi alma.
5.
A
Cleobulo amo, por Cleobulo enloquezco, a Cleobulo vuelvo mi mirada.
6.
Tirándome
de nuevo desde la roca de Léucade[1],
me sumerjo en la mar canosa, ebrio de amor.
7.
Canosas
están mis sienes, blanca mi
cabeza; ha huido de mí la juventud graciosa, están viejos mis dientes, y de la
dulce vida me queda ya poco tiempo. Por eso lloro muchas veces, temeroso del Tártaro.
Pues es terrible el abismo de Hades y dolorosa es la bajada hasta él: es bien
cierto que el que baja no sube.
8.
Potra
tracia, ¿por qué me huyes sin piedad mientras me miras de través con tus ojos
y crees que no sé ninguna cosa sabia? Sábelo bien, bien te echaría yo el
freno y sujetando las riendas te haría girar en torno a la meta del hipódromo.
Pero ahora te apacientas en los prados y juegas saltando ligera porque no tienes
un hábil jinete experto en caballos.
9.
De
nuevo amo y no amo, estoy loco y no estoy loco.